La noche del fin del mundo. Alex Lamikiz

Son las cero horas del 1 de enero del 2000. Para los convencidos de las consecuencias desastrosas del llamado efecto 2000 en los sistemas informáticos será un momento clave para la humanidad. (:marca el inicio del Teotwawki (siglas de la frase en inglés The end of the world as we know it, o sea, el fin del mundo tal y como lo conocemos).

En todo el planeta, pero sobre todo en Estados Unidos, abundan quienes piensan que la incapacidad de muchos ordenadores para reconocer la fecha exacta al entrar en el 2000 será el detonante para una situaci´ón de caos generalizado. Creen que este error originará apagones eléctricos, fallos en centrales nucleares, colapsos en los bancos, errores en los hospitales y disturbios callejeros. "Nueva York será como Beirut", afirma en su libro Time bomb Ed Yournah, uno de los gurus más seguidos del nuevo movimiento milenarista.

Pero ¿en qué consiste el problema del efecto 2000? La mayoría de los ordenadores contienen líenas de programación que les impiden leer correctamente las feechas del próximo milenio. Cuando el reloj de sus equipos llegue a las cero horas del 2000, aquéllos que no hayan sido reparados concluirán que estamos en 1900 (00 en el lenguaje informático) y empezarán a fallar.

Lamentablemente esta situración no sólo afecta a los ordenadores; también a los microchips, que podrían confundir su misión, Estos circuitos electrónicos se encuentran en todas partes: cajas registradoras, vídeos, agendas electrónicas, relojes, teléfonos, equipos de música, televvisores, electrodomésticos, coches... y ¡en los misiles nucleares!

 

Escenario catastrofista

El problema es que nadie sabe con seguridad lo que va a pasar. Los expertos manejan varios escenarios posibles. El denominado escenario catastrofista predice el caos total. Escasez de alimentos y agua potable, interrupción del servicio eléctrico, colapso del sistema de comunicaciones, desaparición de la Bolsa... Todo ello geneera una situación de violencia generalizada que da lugar a un gran número d víctimas, a las que hay que sumar las producidas por el frío y el hambre. A esta besis se abonan los autodenominados "supervivientes del efecto 2000"(, una organización formada por convencidos del advenimiento del Teotwawki).

De la teoría participa la gente vinculada a movimientos milenaristas. Son el equivalente a aquellos fanáticos que en los albores del año mil vaticinaban la llegada del fin del mundo. Ahora, en plena era digital, se han puesto al día y han encontrado en la tecnología informática su nuevo demonio destructor.

Uno de sus líderes, Tim La Haye advertía recientemente en un debate sobre el tema en Internet que "la llegada de una recesión económica mundial provocada por el efecto 2000 podía hacer que el anticristo y sus emisarios crearan un único sistema económico mundial que dominará el mundo hasta su destrucción". Pero lo más novedoso es que estos milenaristas han encontrado un aliado totalmente imprevisto: un amplio colectivo de expertos del mundo de la tecnología (programadores, creadores en software, gurus informáticos...) que comparte su angustia. Un ejemplo clásico sería Paloma O'Riley, ex directora de un proyecto para solucionar este problema en una importante empresa automovilística.

 

Un gran negocio

El pasado año abandonó el empleo para fundar el Proyecto Casandra. "Una organización para informar al público sobre las consecuencias del efecto 2000"(, explica). Militan en ella profesionales de la alta tecnología que han dejado sus puestos de trabajo para refugiarse con sus familias en zonas rurales. Queiren estar preparados para un nuevo mundo sin orden ni ley.

Otros saben cómo sacar provecho. Hay empresas como Preparedness Resources que ya han comenzado a obtener beneficios de esta paranoia. La firma, que comercializa alimentos deshidratados para situaciones de emergencia, ha multiplicado su facturación por 10 en el último año. Si hasta hace poco la casi totalidad de su clientela eran mormones, ahora el 90% de sus clientes son gente preocupada por el error del milenio.

 

Hollywood entra en la corriente

Otro negocio en expansión gracias al milenarismo cibernético es la construcción de casas y urbanizaciones preparadas para cualquier eventualidad, como Heritage Farms 2000. "Nuestros principales clientes son ingenieros, informáticos y programadores que quieren seguir trabajando ocurra lo que ocurra", explica en su página de Internet el impulsor de este proyecto inmobiliario de alta tecnología, Russ Voorhes.

También el cine entra en esta corriente. En otoño, Hollywood estrenará la película Y2K (nombre que se utiliza en inglés para referirse al error del milenio). El filme describe el pánico que surge en Nueva York por un apagón en el día de Año Nuevo del 2000.

Visiones apocalípticas aparte, el problema del error del milenio es serio y conviene tomar precauciones. La mayoría de los expertos reconoce que nadie en el planeta sabe lo que va a suceder. Cristopher Wortley, analista de una firma británica dedicada a resolver este problema en grandes compañías, opinaba recientemente que "el efecto 2000 no tendrá consecuencias graves en América del Norte y en Europa, pero puede ser devastador en China, Corea, Tailandia, Suráfrica y, sobre todo, en Rusia, donde coincide una religiosidad profunda con una sociedad desvertebrada y un gran desconocimiento en temas informáticos. Ahí está el Apocalipsis".