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Capítulo 12

Apple y el Lisa

Lets make a dent in the universe.

Vamos a dejar huella en el universo.

Por las mismas fechas en que Xerox dedicaba todos sus esfuerzos al Alto y el Star, una joven empresa con nombre de manzana, Apple Computer, empezaría a comercializar de forma abierta lo que sería el primer ordenador personal con posibilidades gráficas como las de los sistemas del PARC. Se trataba del Lisa.

Steve Jobs, fundador de Apple junto con Steve Wozniak, tenía claro que no había entrado en la industria de la informática para perpetuar los obsoletos sistemas informáticos dominantes en aquellos años. Jobs quería hacer algo grande, distinto, algo que sacara a la informática del reducto en el que se encontraba para colocarla en las mesas de trabajo de todos los ciudadanos del mundo. Lisa no sería el primer ordenador creado por Apple pero sí el primero en plasmar esos ambiciosos objetivos.

Para diseñar el Lisa, Jobs contrató en 1979 a dos ingenieros procedentes de Hewlett-Packard, John Couch y Ken Rothmueller, pues el modelo inicial que tenía en mente era el del Hewlett-Packard 3000, un miniordenador que, al final, no tendría nadar que ver con el producto realizado por la compañía de la manzana. La principal característica del Lisa no se debería tanto a estos dos ingenieros como al trabajo de Bill Atkinson y las rápidas rutinas de software que sería capaz de desarrollar para conseguir gráficos bitmap. Y especialmente, a una productiva visita que Apple tendría oportunidad de realizar al PARC de Xerox.

La fuente de inspiración

En diciembre de 1979, los investigadores del PARC recibían su visita más especial, aunque en aquellos momentos ellos aún no lo sabían. Se trataba de una delegación de Apple que venía a comprobar cuales eran aquellas tecnologías que tanto fascinaban a los visitantes de Xerox en Palo Alto. Durante esa visita, Steve Jobs, Bill Atkinson, Mike Scott (por entonces Presidente de Apple) y diversos ejecutivos más de la empresa, tuvieron ante sus ojos la representación de todos los nuevos conceptos destinados a "aumentar el intelecto humano": el ratón, las ventanas, el bitmap, los iconos, los menús.

Xerox hacía tiempo que había dejado de realizar sesiones públicas de presentación de sus inventos pero había permitido la visita de Apple con la intención, según diversas fuentes, de convencer a la compañía para que fabricara para ella los ordenadores potentes y económicos, basados en esas nuevas tecnologías, que la empresa de las fotocopiadoras había demostrado ser incapaz de producir (cabe decir que Xerox acababa de realizar una importante inversión en acciones de Apple).

Pero el equipo de Apple iba a ir mucho más lejos. De hecho se ha hablado mucho de lo que Apple se llevó durante aquella visita del PARC, de las tecnologías que copió o dejó de copiar del centro de Xerox. La verdad es que lo que vieron ese día los ejecutivos y técnicos de Apple fue exactamente lo que habían visto decenas de personas antes que ellos. Sin embargo, el grupo de Apple, y muy particularmente Steve Jobs, salió de las instalaciones del PARC con un preciado, y al parecer único, tesoro: la idea e inspiración de que era posible crear un sistema informático intuitivo y familiar, agradable y divertido de utilizar.

Y Apple decidió ir más allá con todo lo que había visto ese día en el PARC y empezar una revolución por su cuenta para toda la informática personal. Una revolución que cambiaría la forma en cómo trabajamos y en cómo pensamos. La gente de Apple querían cambiar el mundo y lo consiguieron, aunque un poco más tarde.

Lisa: el preludio de una revolución

Después de esa visita al PARC, el modelo del Hewlett-Packard 3000 se arrinconó indefectiblemente. Trip Hawkins reescribió el proyecto del Lisa intentado integrar todas las innovaciones que habían visto en el PARC, la mayoría procedentes de Engelbart, y especialmente las ventanas, los iconos y el uso del ratón. Todas y cada una de esas nuevas concepciones fueron reinventadas y rediseñadas en los laboratorios de Apple. La idea seguía siendo comercializar el ordenador como una herramienta de trabajo para todas las oficinas pero al integrar las nuevas nociones de Xerox, Lisa dejaría a años luz al resto de ordenadores que se comercializaban en ese momento.

El trabajo de Bill Atkinson sería fundamental: generar todas las rutinas que permitirían controlar al ordenador mediante una interfaz gráfica, es decir, mediante iconos y ventanas. Pero al proyecto del Lisa también se incorporarían con el tiempo otros ingenieros clave procedentes de Xerox, como Larry Tesler, Owen Densmore, Bob Beleville, Barbara Koalkin, Alan Kay y Steve Capps.

A mediados de 1980, Apple ya había superado algunas de las ideas del PARC, después de percatarse que el mercado exigía una mayor sofisticación de muchas ellas. Así, el Lisa de Apple, inspirado a imagen y semejanza primero de un modelo Hewlett-Packard y después del Alto y el Star, acabaría por superar ampliamente a todos ellos. El equipo de Apple no se dedicó a hacer una mera adaptación del Alto sino que amplio y mejoró todas y cada una de las ideas que de él recibió. No sólo tomaron prestadas las ventanas superpuestas y los menús que aparecían en la pantalla del SmallTalk sino que inventaron conceptos como la barra de menús siempre fija en la parte superior de la pantalla, los menús desplegables, las barras de desplazamiento por las ventanas, el ratón de un solo botón, la idea de cortar y pegar cosas en un portapapeles o la papelera en el escritorio. Una de las principales diferencias del Lisa con respecto al Alto fue las posibilidades de manipulación directa que tenía el usuario. Con el Lisa era posible manipular cualquier cosa de la pantalla sin tener que acudir en absoluto a menú alguno, mientras que el Alto requería en la mayoría de casos utilizar las opciones de los menús y el Star no permitía arrastrar las ventanas por la pantalla para cambiarles el tamaño o moverlas de sitio. Lisa también era mucho más efectivo en cuanto a los clics necesarios para seleccionar, abrir o cerrar objetos. Pero el mayor paso se daría con el Desktop Manager. El Desktop Manager era el programa con el que se topaban todos los usuarios nada más encender el ordenador. Desde él se realizaban todas las tareas comunes de mover, copiar o renombrar archivos. Como su nombre indica, era el administrador del Escritorio y suponía la máxima integración de la metáfora del Escritorio jamás realizada.

Nada que ver con los "compatibles PC"

Cuando Bill Atkinson, Dan Smith y Frank Ludolph concibieron en 1982 este interface, el 99% de la industria informática personal estaba dominada por el CP/M y el DOS. El CP/M fue el primer sistema operativo en funcionar sobre máquinas de diferentes fabricantes. A finales de los años setenta se había convertido en el sistema operativo dominante aunque nunca llegó a ser un estándar tan extendido como su heredero, el DOS, que además de coger el testigo del liderato se inspiró notablemente en él.

El DOS apareció en 1981, cuando IBM decidió entrar de lleno en el mercado del ordenador personal con el IBM PC, un ordenador sólo algo más rápido que la mayoría pero apoyado por el gran peso psicológico que ante los consumidores tenía la marca "IBM". Para su procesador Intel 8088, IBM encargó a Microsoft un sistema operativo, el futuro MS-DOS, y permitió que Microsoft lo licenciara abiertamente. Así, cualquiera podía fabricar ordenadores capaces de ejecutar este sistema, ordenadores que se denominarían "compatibles IBM". Estos clónicos no competían en calidad ni prestaciones con IBM sino en lo que más daño hace: en precio. La gran profusión de fabricantes de clónicos y la credibilidad de una empresa como IBM llevaron a convertir a estos sistemas en el estándar de la industria (sistemas a los que también se identifica como "PCs" a pesar de que en inglés estas siglas significan "Personal Computer" en general). Sin embargo, el MS-DOS era un sistema arcaico que no reflejaba en modo alguno los avances realizados en el interface de los ordenadores por investigadores como, por ejemplo, los del PARC.

Cuando en 1983 Apple lanzó el Lisa, el mercado ya se encontraba ampliamente dominado por el PC de IBM. Así pues, por aquellas fechas, mientras el Lisa disponía de un escritorio virtual como interfaz para interactuar con el ordenador y en el que los disquetes, las carpetas y documentos estaban representados por iconos y los archivos se abrían mediante un simple gesto con el ratón, el resto del mundo se peleaba a diario con unos sistemas tiranizantes e irracionales que obligaban al usuario a recordar largas líneas de comandos simplemente para abrir un documento, y con una limitación tal del número de caracteres en los nombres de los archivos que uno acababa con el disco duro infestado de referencias crípticas e imposibles de identificar con el paso del tiempo.

Ciertamente el Lisa fue toda una revolución avanzada a su tiempo e incomprendida por la mayoría. Pero la novedad no fue la única causa de su escaso éxito. El principal problema era, como ocurriera con los productos de Xerox, su precio. El bitmap, el ratón y el sistema de interfaz gráfica con iconos y ventanas y la multitarea (el Lisa probablemente fue el primer ordenador personal en ofrecer multitarea, es decir, la posibilidad de realizar varias acciones simultáneamente) tenían grandes exigencias de hardware y de memoria (esta última era especialmente cara en aquellos años). Si bien primero se vendió sólo con unidad lectora de disquetes, acabó siendo necesario incorporar un disco duro, algo muy raro y caro en aquellos momentos. El precio final superaba el millón y medio de pesetas de la época y además era una auténtica tortuga, no tanto como el Star de Xerox pero aún demasiado. En definitiva, el Lisa era demasiado lento y caro para lo que el mercado estaba preparado para comprar. Sin embargo marcaría el futuro de Apple y del resto de la industria informática.

 

Y TAMBIÉN...

El primer ordenador conceptualmente moderno

El Lisa pesaba 21,8 Kg e incorporaba un microprocesador Motorola 68000 a 5 MHz, 1 Mb de RAM, dos disqueteras de 5,25 pulgadas para discos de 860 Kb, un disco duro de 5 Mb, un teclado separado, ratón de un solo botón y un monitor monocromo integrado a la carcasa del ordenador con una resolución de 720 x 364 píxels y 12 pulgadas de tamaño. Características todas ellas actuales (no en cifras sino en presencia) que el Lisa presentaba de forma estándar por primera vez en la industria de la informática personal.

Literalmente enterrados

En setiembre de 1989 Apple decidió eliminar definitivamente al Lisa del mercado (se había dejado de fabricar en 1985 pero había un abundante stock en circulación y por vender) de una forma más bien curiosa. Bajo la atenta mirada de guardias de seguridad armados, 2.700 Lisas fueron sepultados en el vertedero de Logan, Utah. Lisa desapareció del todo y Apple se embolsó a cambio una pequeña subvención de la administración norteamericana por haberse desprendido de este modo del sobrante stock del Lisa.

 

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