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Capítulo 2

Vannebar Bush y el conocimiento acumulado por la humanidad

A record, if it is to be useful to science, must be continuously extended, it must be stored, and above all it must be consulted. (...) Presumably man's spirit should be elevated if he can better review his shady past and analyze more completely and objectively his present problems. He has built a civilization so complex that he needs to mechanize his record more fully if he is to push his experiment to its logical conclusion and not merely become bogged down part way there by overtaxing his limited memory.

Una información, para que sea útil a la ciencia, debe ser continuamente ampliada, debe ser guardada y, por encima de todo, debe ser consultada. (...). Presumiblemente, el espíritu del hombre debería elevarse si puede revisar su turbio pasado y analizar de forma más completa y objetiva sus problemas presentes. Ha construido una civilización tan compleja que necesita mecanizar su información por completo si quiere llevar sus experimentos a su conclusión lógica superando los límites de su memoria y no quedar simplemente empantanado a medio camino.

Vannebar Bush es el primer personaje de mención obligada en esta historia. Vannevar Bush es conocido por ser el creador del integrador diferencial, desarrollado en el MIT (Massachusetts Institute of Technology) en los años 30, y que supone un paso intermedio, electromecánico, hacia el primer ordenador electrónico a gran escala que fue el ENIAC (Electronic Numerical Integrator And Computer), desarrollado en 1943 por John William Mauchly para automatizar los cálculos de artillería.

Pero Bush también es especialmente recordado por su visión del futuro. En agosto de 1945, este expresidente del MIT y director en esos momentos de la Office of Scientific Research and Development de los EE.UU., escribió un artículo en el Atlantic Monthly titulado "As We May Think" (que podríamos traducir por "Cómo es posible que pensemos en un futuro") y que cambiaría la forma en cómo abordamos la consulta, el almacenamiento y la recuperación de grandes cantidades de información. En él se preguntaba cual tenía que ser el papel de los científicos a partir de la segunda guerra mundial. La respuesta a ello daría pie a una reacción en cadena que podemos considerar termina con la aparición de los sistemas de interfaz gráficos casi cuarenta años después.

Durante muchos años, la comunidad científica se había dedicado casi exclusivamente a ampliar el poder físico del hombre en lugar de su poder intelectual, de su mente. Bush creía que los científicos debían volver inmediatamente a la tarea de hacer más accesible la increíble cantidad de conocimiento que la humanidad había desarrollado y que seguía acumulando. Para él, el principal esfuerzo de los científicos e ingenieros de la posguerra tenía que ser la transformación de la forma en cómo se procesaba, guardaba y recuperaba la información. Evidentemente estaba hablando de los ordenadores, unas máquinas a las que este científico fue capaz de presuponer muchos otros usos además de los puramente matemáticos. La influencia de Vannebar Bush sería enorme no sólo en aquellos que le conocieron sino también en generaciones posteriores de individuos que tuvieron acceso a sus artículos y escritos.

 

Cómo funciona la mente humana

 

En "As we may think" Bush describía el problema al que se enfrentaba el investigador en aquellos momentos. Según él, la ciencia había permitido el almacenamiento de las ideas y su posterior manipulación para poder asimilarlas y evolucionar gracias a ellas. Sin embargo, la creciente y necesaria especialización del estudioso junto con el ingente caudal de resultados que la ciencia iba acumulando imposibilitaban el acceso, comprensión y mucho menos la memorización de todo este material por parte del hombre. Bush reconocía que los métodos de transmisión y revisión de los resultados de la investigación estaban anticuados y ya no servían a sus propósitos iniciales y que era vital evitar que conocimiento importante quedará en el anonimato (o se retrasara su expansión, como le habían ocurrido a las leyes de la genética de Mendel) por culpa de esto.

Bush era consciente de que la mente humana funciona principalmente por asociación y que, en consecuencia, la forma ideal de trabajar para el ser humano sería mediante pensamiento asociativo. Estaba convencido de que el proceso de selección asociativa podía ser mecanizado y con ello se ganaría una permanencia del mismo que no poseía la mente humana, a pesar de ser ésta más rápida en sus procesos mentales asociativos que cualquier máquina inventada o por inventar.

En su exposición, este científico trazó una visión futura tanto de lo que serían las nuevas máquinas como los nuevos métodos de almacenamiento y consulta de esta información. En cuanto a las primeras, al "hardware", el investigador se quedó muy corto. Su horizonte en este campo estaba forzosamente limitado por la tecnología de la época y por ello fijó el máximo desarrollo en los campos de la fotografía, el facsímil y la televisión, entre otros. Aún así, fue capaz de prever que los sistemas de compresión permitirían aumentar enormemente la capacidad de almacenamiento y que la velocidad de las máquinas se dispararía. Celebre es su afirmación de que la Enciclopedia Británica podría ser reducida al tamaño de una caja de cerillas.

Pero en lo que respecta a sus previsiones relativas a los métodos de almacenamiento y consulta, el software, Bush fue un auténtico visionario y algunas de sus predicciones ni siquiera aún hoy en día han sido alcanzadas (por ejemplo, el reconocimiento de voz o escribir en el ordenador mediante dictado oral son tecnologías aún muy inmaduras). De hecho, "As we may think" implica una forma completamente nueva de acoplar las posibilidades mentales y sensoriales de aprendizaje y de asimilación del hombre a la tarea de desarrollar, integrar y aplicar colectivamente el conocimiento.

Partiendo de la idea de que la mente humana funciona por asociación, se comprende el fracaso de los sistemas de indexado vigentes en aquel momento, basados en clasificar alfabética o numéricamente la información, pues son, según Bush, sistemas artificiales que obligan a funcionar mediante reglas distintas a las de los procesos mentales humanos. La solución estaba pues en intentar, si no reproducir artificialmente estos procesos, si al menos aprender de ellos. En tales procesos, la parte repetitiva es perfectamente mecanizable siguiendo pautas lógicas. La parte creativa, la relativa a la selección de la información y al tratamiento que se le aplica a ésta, era según este científico, la más difícil, sino imposible, de mecanizar.

Así, en un alarde de lucidez, Bush hablaba en su artículo de crear máquinas que interpretaran imágenes, que escribieran al dictado, que entendieran idiomas y que utilizaran enlaces hipertextuales y recuperación asociativa para seleccionar la información de las bibliotecas digitales.

 

El Memex o máquina del futuro

 

Para plasmar su dispositivo del futuro, Bush eligió un nombre al azar, Memex, para explicar la especie de biblioteca o archivo privado mecanizado que utilizaríamos para guardar y recuperar la información. En sus propias palabras, se trataría de una especie de complemento íntimo y ampliado de la memoria humana. Con forma de escritorio, encima de él reposarían una serie de pantallas translúcidas en las que se proyectaría el material para poder ser leído más cómodamente. El Memex almacenaría toneladas de libros, imágenes y todo tipo de información. Bush también fue muy lejos a la hora de explicar cómo el usuario buscaría y recuperaría tal información. Además de un teclado, el Memex tendría hileras de botones y palancas que nos servirían para movernos por la información buscando archivos y documentos. Así, Bush imaginó que podríamos acceder a cualquier información simplemente introduciendo un código y que podríamos ver cualquier documento en una pantalla. Añadir anotaciones o comentarios adicionales no sería ningún problema y podríamos establecer asociaciones libremente entre dos documentos cualquiera y verlos simultáneamente en la pantalla. Lo que estaba haciendo Vannebar Bush en 1945 era describir los procesadores de texto o las bases de datos actuales y, lo que es más importante, el método de indexado asociativo del Memex permitía trazar lo que él denominaba "trails", rutas o caminos personales a través de la información. Estaba inventando el concepto de "navegar" por la información, igual que hacemos actualmente en la World Wide Web de Internet. Aunque el reino por el que navegaría no sería definido hasta dos generaciones después y por una novela de ciencia ficción, Neuromante (1984), de la mano del escritor William Gibson: "ciberespacio".

La visión de Vannevar Bush sería ampliada y llevada mucho más lejos por Douglas Engelbart, un ingeniero naval de radares que tendría ocasión de leer "As We May Think" en una biblioteca. Pero tal vez el que más la representaría sería Ted Nelson, el creador del término "Hipertexto". Xanadu, el sueño de Nelson para implementar el hipertexto habría sin duda sido aprobado por Bush. La idea básica de Xanadu era tratar el conocimiento acumulado por la humanidad como un cuerpo único y proporcionar acceso a él a través de una serie de "links", vínculos o enlaces dinámicos. Bush, Engelbart y Nelson gestarían el concepto de "hipermedia", la noción de acceder y guardar información de forma no lineal.

 

Y TAMBIÉN...

La anticipación del ciberespacio

Julio Verne preconizó en el siglo pasado que iríamos a la luna. Vannevar Bush fue capaz de imaginar en 1945 que navegaríamos por un ciberespacio y que aquellos mamotretos que valían miles de millones de dólares y sólo servían para hacer cálculos acabarían estando, con un tamaño mucho más razonable, en todos los hogares y nos ayudarían a superar el reto de cómo manipular la gran cantidad de información existente acumulada por la humanidad. De hecho, Bush se atrevería a ir mucho más lejos para preguntarse si algún día no sería posible que el vínculo entre la mente y la información exterior se creara directamente, sin necesidad de utilizar los sentidos como hasta ahora (el táctil para los teclados, el oral para el dictado, el visual para la lectura), si no sería posible transmitir la información directamente al cerebro mediante vibraciones eléctricas.

Un precursor de mucha terminología actual

Muchos de los conceptos que manejaba Vannebar Bush en los años cuarenta tienen ahora su máximo apogeo con la cultura Internet que se está desarrollando. Nociones como los recorridos a través de la información (los "trails"), las marcas o las entradas secuenciales se corresponderían a los actuales "paths", visitas, links o webs.

Un inventor avezado

El Memex de Bush estaba basado en la tecnología más punta del momento, las máquinas lectoras de microfilms. Aunque este artefacto no llegaría a fabricarse nunca sí lo fueron otros conceptos de Vannevar Bush como el Bush Rapid Selector que fue desarrollado y comercializado por Kodak y otros fabricantes y que lo encontramos ahora en forma de lectores de microfilms con tiras de películas numeradas en los márgenes.

 

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